Bartolina Sisa, la que defendió a su pueblo de la colonización

Bartolina Sisa

[1753 – 1782 , Bolivia]

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 La historia de Bartolina es controvertida, pues dependiendo de quién la narre, esta fue una valerosa mujer quechua o una rebelde que luchó contra la colonización española en Bolivia. Lo cierto es que ambas son ciertas, si entendemos como rebelde a una persona que lucha contra algún tipo de opresión. Bartolina era hija de comerciantes de coca de Los Yungas (una región geográfica de Bolivia ubicada en La Paz) y de tela o bayeta de la tierra.
Durante sus viajes conoció la realidad en la que vivían los pueblos andinos: el sometimiento, la explotación, las ofensas y el abuso por parte de las
autoridades españolas que ocupaban aquellas tierras en ese momento.
Esta visión de sometimiento hizo que algo en ella cambiase, generando una convicción de protesta contra el sistema colonialista de explotación.

Se casó a los 25 años con Julián Apaza, conocido como Túpac Katari, el cual, antes de comenzar la guerra, había sido sacristán. Juntos, en 1780, con todo el altiplano convulsionado con la sublevación, organizaron los campamentos en el Alto de La Paz, Chacaltaya y Killikilli.

Para los españoles, dominar la insurrección era cuestión de vida o muerte. Si vencían los rebeldes, acababa el poder de España, no sólo en las colonias americanas, sino en todo el imperio. Para los indios, la sublevación establecía la recuperación de su libertad, territorio y riquezas o su definitiva claudicación. Al estallar la insurgencia Aymara-Quishwa de 1781, Túpac Katari era proclamado Virrey del Inca y Bartolina, Virreina, no porque fuera esposa de Túpac Katari, sino por méritos propios.

Así se dieron varias y repetidas luchas, en las que ganaron primero indios y luego, españoles. Bartolina fue traicionada por sus acompañantes y capturada. Fue encerrada y torturada, esperando poder usarla como cebo para capturar a Túpac Katari, pero este no cayó en la trampa.

Murió ahorcada el 5 de septiembre de 1782. Sus verdugos descuartizaron su cuerpo y exhibieron su cabeza y extremidades en distintos lugares donde ella resistió con su lucha, a modo de advertencia.

Que su nombre no se borre de la Historia

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